Conservando las tortugas con la gente del río Meta

Mar
2014

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El proyecto ATSAPANI tiene como objetivo ayudar en la conservación de dos especies de tortuga en peligro de extinción, la charapa (Podocnemis expansa) y la terecay (P. unifilis). Los huevos de estas tortugas, especialmente de la charapa, alcanzan precios variables dependiendo de la distancia a la que se encuentren de las áreas de reproducción. En La Primavera (Vichada), donde es más sencillo conseguir los huevos, el año pasado se pagaban a unos $800/huevo, mientras que en Orocué (Casanare) se llegaron a pagar hasta $3.000/huevo. Si pensamos que una tortuga puede poner unos 100 huevos, es fácil sacar la cuenta de lo que un pescador puede ganar en una noche que consiga dos nidadas. Si además tiene suerte y encuentra a la hembra poniendo los huevos, puede venderla por más de $100.000 pesos. El consumo de huevos y tortugas es una actividad legal, pero su comercio no lo es. Además las redes de pesca, conocidas localmente como chinchorros también causan muerte por ahogamiento de ejemplares adultos de tortugas.

 

Este y no otro es el problema que enfrentan estas especies de tortugas, es un problema social, cultural y económico. Es por ello que por tercer año consecutivo los miembros de la Fundación Palmarito vamos a salir de expedición por el río Meta con el objetivo de rescatar la mayor cantidad posible de nidadas de las tortugas charapa y terecay. Nuestros socios de la Fundación Omacha también están trabajando este año en la parte baja del río Meta y con excelentes resultados según me cuenta mi amigo Fernando Trujillo.

 

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A la izquierda la falca con la que nos desplazamos por el río Meta, en el techo pueden observarse las cavas con los huevos; a la derecha Yupi y Topocho sacando huevos de charapa de un nido.

 

Como estamos convencidos de que la colaboración de los habitantes ribereños es fundamental para asegurar la supervivencia de estas especies, hemos establecido unos acuerdos de conservación con dos familias que viven en la ribera del Meta, aguas debajo de La Primavera, en un lugar conocido como caño La Balsa. Víctor Manuel Fuentes, conocido como “Yupi” y Luís Vásquez, alias “Topocho” y sus familias, son nuestros aliados; ellos son conscientes de que las tortugas “se están acabando” y aunque también consumen algunos huevos, dedican su tiempo a localizar los nidos de las tortugas, marcarlos y borrar las huellas para que otros pescadores no les quiten los huevos. Me cuentan que ya han tapado unos 15 nidos de tortugas y otros tanto de terecay así que el jueves 13 partiremos de Orocué en una falca para llegar hasta el caño La Balsa tres días después e iniciar la recogida de los huevos, volver a Orocué y sembrarlos en Wisirare. Los tortuguillos que nazcan serán mantenidos durante un año y devueltos al río Meta en compañía de la gente del río Meta.

 

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Actividades de liberación de tortuguillos, a la izquierda el inefable Yupi, a la derecha estudiantes de Orocué

 

Esperamos que esta campaña concluya la recogida de unos 1.500 huevos (ya os contaremos) y aunque esta cifra pueda parecer muy elevada es baja en comparación con la cantidad de huevos que se comercian. Entonces, ¿por qué lo hacemos?, porque con nuestra presencia en el río, hablando con los pobladores locales, el ejemplo de Yupi y Topocho y las posteriores actividades de liberación de los tortuguillos, que realizamos con los colegios locales, estamos realizando una importante tarea de sensibilización de las poblaciones locales, diciendo en voz alta lo que todos saben y proponiendo soluciones, como las que se recogen en esta publicación, donde invitamos a los habitantes ribereños a realizar un consumo responsable de huevos, huir de la comercialización y colaborar en las tareas de rescate de huevos, y tú ¿quieres unirte al proyecto ATSAPANI?